El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) ha expresado su agradecimiento a los consagrados y consagradas “por el testimonio de vida y la misión que realizan todos en el seno de nuestras iglesias locales” en el marco de la 25ª Jornada Mundial.
Citando las palabras de Aparecida han recordado que “la vida consagrada es un don del Padre por medio del Espíritu a su Iglesia, y constituye un elemento decisivo para su misión”, por ello “queremos aunarnos junto con el Papa Francisco que nos invita a caminar juntos en sinodalidad”.
Fraternidad universal
El CELAM también ha invitado a los religiosos y religiosas a reconocer “la dignidad de cada persona humana” para “hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad” tal como lo demanda Fratelli Tutti.
“Soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos”, han dicho.
Hacen votos para que nazcan más vocaciones y “junto a la Santísima Virgen María les sigan bendiciendo y fortaleciendo en su servicio para la construcción de una verdadera fraternidad universal y amistad social”.